El cierre de “La familia Ingalls” fue tan impactante como inesperado. Descubre por qué Michael Landon destruyó la casa y el pueblo de Walnut Grove tras el final de la serie.
A pesar de haber pasado décadas desde su última emisión, “La familia Ingalls” sigue siendo una de las series más queridas por el público. En Perú y otros países de Latinoamérica, aún conserva una audiencia fiel que disfruta cada repetición. Basada en la obra “Little House on the Prairie” de Laura Ingalls Wilder, la ficción narra la vida de una familia que decide establecerse en Walnut Grove, Minnesota, en busca de una nueva oportunidad.
La serie, que se emitió entre 1974 y 1983, se extendió por nueve temporadas. Fue protagonizada, dirigida y escrita por Michael Landon, quien también interpretó a Charles Ingalls, el patriarca de la familia. A lo largo de los años, también brilló Melissa Gilbert, quien dio vida a la entrañable Laura Ingalls, convirtiéndose en una figura emblemática de la televisión.
¿Dónde se grabó “La familia Ingalls”?
Aunque la historia transcurre en Minnesota, las grabaciones no se realizaron allí. La mayor parte de las escenas en exteriores se filmaron en Big Sky Movie Ranch, ubicado en Simi Valley, California. Este rancho ha sido utilizado por otras producciones reconocidas, como la serie “Westworld”.
¿Qué pasó con la casa de los Ingalls y el pueblo de Walnut Grove tras el final?
A diferencia de muchas producciones que conservan sus decorados para futuras visitas o reutilización, “La familia Ingalls” tuvo un cierre absoluto y definitivo. El propio Michael Landon decidió destruir físicamente todos los escenarios, incluyendo la casa de los Ingalls y el pueblo entero, como parte de la trama del último episodio.
La verdadera razón detrás de la demolición
La impactante destrucción del set fue mucho más que una decisión artística: fue un acto cargado de emoción y protesta. Según lo revelado por Melissa Gilbert en su autobiografía “Prairie Tale” (2009), Landon estaba molesto con la cadena NBC por haber cancelado la serie sin darle una última renovación.
“No quería dejar nada en pie”, confesó Gilbert. “Los escenarios suelen reciclarse para otras producciones, pero Michael no quería que, por ejemplo, la tienda de los Oleson fuera reutilizada en otro programa. Quería asegurarse de que el legado de La familia Ingalls terminara con dignidad”.

Un adiós inolvidable
El episodio final, cargado de simbolismo, mostraba cómo los habitantes del pueblo volaban por los aires sus propias casas para evitar que sus tierras fueran tomadas por intereses externos. Más allá del guion, esta secuencia también representó el cierre emocional de una era para el elenco y la audiencia.
Hoy, lo único que queda de “La familia Ingalls” son sus capítulos, que siguen transmitiéndose alrededor del mundo. El pueblo, la casa y los recuerdos físicos desaparecieron… pero su huella en la historia de la televisión permanece intacta.